El Aroma del Cedro

No todo se ha perdido,
queda el cedro
resistiendo el flagelo
del invierno.

Quedan los esqueletos
de las hojas,
que jóvenes lucieron

y oigo el crujir
(bajo mi paso incierto)
de sus frágiles huesos

 que lozanas y verdes nervaduras

ayer fueron.

Ya no veré brotar las nuevas frondas,
cuando renazcan estaré muy lejos
y crujirá mi cuerpo cual las hojas,
cuando me pise el tiempo.

Sólo percibiré desde
las sombras,
el aroma del cedro.

Dzunum

 

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